DERECHO AMBIENTAL Y CONSULTA POPULAR (PARTE 1)

El pasado 29 de octubre el gobernador de Chaco firmó un convenio con la empresa Feng Tian Food, de capitales chino-argentinos, para establecer tres megafactorías de cerdos en la provincia de Chaco. Por lo poco que se sabe, cada complejo estará integrado por cinco granjas de 2.400 “madres” (nombre que reciben las cerdas en la industria cárnica) cada una, más un frigorífico exportador, una planta de biodiesel, un biogestor con generación de energía y una planta de alimentos balanceados. En cuanto a su ubicación, se emplazarán en áreas estratégicas del territorio provincial, es decir uno al noreste, otro en el centro y el tercero en el sudoeste. A su vez, cada uno de los complejos demandará al año 32.300 toneladas de soja y 87.400 de maíz para la alimentación de los animales en cuestión.

Entonces, si bien el acuerdo porcino que pretende firmar el gobierno nacional con China aún no está firmado, Chaco viene a ponerlo en práctica. Esto demuestra que lo único que se atrasaron fueron las gestiones oficiales (demora provocada porque no tuvieron previsto el factor ambiental en sus planes), porque en rigor el gobierno nacional preparó todo lo necesario para que ni bien pueda firmarse el convenio, ya esté todo operativo. Aunque también puede pensarse que estamos ante una estrategia del gobierno nacional de descentralizar el acuerdo (cada gobernador lo firma por su cuenta), para que sea más difícil su judicialización con el objetivo de frenarlo.

Ahora bien, en notas anteriores abordamos los argumentos generales a favor y en contra del acuerdo porcino con China para concluir que viola derechos no solo humanos, sino principalmente de los cerdos individualmente considerados y también de múltiples animales silvestres producto de la enorme capacidad destructiva que tiene esta clase de actividad para el ambiente. Se entiende por qué, múltiples movimientos sociales, intelectuales y público en general se oponen a la instalación de las megagranjas. Y es que, la “producción” (en rigor, reproducción porque los cerdos no se producen, no son cosas) industrial de animales es una fábrica de zoonosis. De hecho, el motivo por el cual China decidió tercerizar las factorías es  la peste porcina africana que obligó a matar millones de cerdos en su país. Al mismo tiempo, las megagranjas implican sin remedio el avance de la frontera agrícola para generar el alimento que necesitan esos animales, alimento que se estima en 32.300 toneladas de soja y 87.400 toneladas de maíz por año. Así, para expandir las tierras productivas de los pooles de siembra se apela a distintas maniobras que tienen por objetivo arrasar comunidades locales, sumada la deforestación de bosques y montes nativos. Este dato es muy importante para quienes piensan que el problema no es consumir animales, sino plantar a escala soja. Bueno, la soja es para alimentar substancialmente animales no humanos.

Con este panorama, la consulta popular se vuelve una cuestión obligada, por eso le dedicaremos las próximas notas a su análisis.

 Autor: GPP

 

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