El acuerdo porcino con China gestado a espalda de todos es centro de un rechazo masivo que hasta ahora retrasa en cierta medida su concreción. Un hecho importante de los últimos días es que Consejo Deliberante de Neuquén se transformó en la primera expresión estatal en contra del acuerdo. Hecho de suma importancia para alentar a otros actores estatales a que impidan la firma de convenios como este que lo único que hacen es retroceder temporalmente en un mundo que exige lazos de justicia con los demás animales y condiciones sustentables para la generación de alimentos que no involucre a aquellos seres, que sean ambientalmente seguros y que no pongan en riesgo la salud humana. Así, tomando el repudio generalizado de organizaciones, científicos y el público en general, el FIT presentó un proyecto que se convirtió en la expresión del citado Consejo.
Los fundamentos de este proyecto son bien claros, las megagranjas de instalarse agravarían la delicada situación hídrica en la que se encuentra la zona de la Patagonia, sin contar la enorme cantidad de desechos industriales de excretas de los cerdos, la contaminación del aire y la tierra que generan. Esto sin desconocer que se sabe que esta clase de fabricas representan un enorme potencial pandémico, ya que las condiciones de hacinamiento y maltrato que reciben los animales, torna forzoso aplicarles antivirales y antibióticos para que puedan subsistir hasta el momento de matarlos, lo que convierten a estas industrias en verdaderos focos de nuevas pandemias por la proliferación de virus y bacterias de transmisión de animales a humanos cada vez más resistentes. Véase lo desarrollado en las partes anteriores de esta serie de notas. Entonces, estamos ante un riesgo autentico a la salud pública. La propia China es un ejemplo de lo expuesto, basta con observar el brote de gripe porcina africana que obligó a sacrificar millones de cerdos con los métodos más terribles y crueles que pudieran imaginarse. Lo único que sostiene a este convenio es la intención de garantizar negocios privados bajo la promesa de miles de puestos de trabajos y de obtención de dinero para pagar las deudas del país. El costo es más gravoso que los beneficios, los cuales tampoco se materializarán, hecho típico del extractivismo.
Por último, se suma a lo anterior que ante los múltiples peligros socio-ambientales y para los derechos de los demás animales que supone el acuerdo con China para la instalación de megafactorías de cerdos en nuestro país, abogadas y abogados de distintos puntos del país realizaron presentaciones en las defensorías del pueblo alertando sobre los riesgos enunciados. Las citadas presentaciones concluyeron en la realización de un plenario por plataforma virtual con todos los defensores para explicar la gravedad del asunto. La organización estuvo a cargo de ADPRA (Asociación de Defensores del Pueblo de la República Argentina). Tal lo adelantado, en dicha reunión colegas se manifestaron en contra de las megafactorías de cerdos sobre la base de la múltiple violación de derechos que supone tanto para humanos como para los demás animales, ya que se trata de un perjuicio que es común. El objetivo fue solicitar oficialmente a los defensores dar batalla por el derecho a una información completa y veraz debida a todos los que habitamos el territorio argentino por ser un asunto que compromete los intereses de todos sin distinción de especie.
Autor: GPP